Protector bacteriano. Aumenta la supervivencia de las bacterias sobre las semillas.
Mejora la performance de los inoculantes permitiendo prolongar el período entre el tratamiento y la siembra, ya que aumenta la supervivencia de las bacterias tanto en condiciones regulares como en situaciones adversas como estrés hídrico, altas temperaturas y mezclas con otros tratamientos como fungicidas e insecticidas.